YPO, el club secreto de jóvenes millonarios desembarca en Barcelona para su reunión anual
![Jóvenes millonarios de todo el mundo se reunirán en Barcelona del 18 al 20 de febrero.](https://static.eldiario.es/clip/ce42f809-1f0c-44c1-a433-e550f2a42305_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
“Nada, nunca, nadie”. Este es el lema de la Young Presidents Organization (YPO), un discreto club de jóvenes millonarios que existe sin hacer ruido desde 1950 y forma una lucrativa red de favores y contactos entre directivos de menos de 45 años. La semana que viene celebrará su encuentro anual en Barcelona en un evento a puerta cerrada que reunirá durante dos días a 2.700 miembros de este selecto club.
La primera norma de esta organización, haciendo honor a su lema, es que todo lo que se habla en los encuentros es confidencial y nunca queda por escrito. Tampoco hay un listado oficial de miembros, aunque durante los últimos años las redes sociales y LinkedIn han llevado a más de uno a alardear de pertenecer al grupo.
“Te diría que básicamente es un club de solución de problemas”, apunta un miembro de Barcelona, que solicita no ser identificado para hablar de la organización. “Aunque pueda parecer ridículo, dirigir una gran empresa es algo muy solitario y ahí encuentras gente como tú, que tiene tus mismos problemas personales y profesionales desde la misma posición”.
No todo el mundo puede ser miembro de YPO. Se debe tener menos de 45 años y ser el presidente, director, CEO o algún cargo equivalente en una empresa. La compañía debe tener al menos 50 empleados y facturar más de 15 millones de dólares (300 en caso de instituciones financieras) o tener un valor superior a los 25 millones de dólares. Se calcula que al menos un tercio de todos los miembros de YPO han heredado su fortuna o la empresa que dirigen.
La entidad ha reservado todo el Centro Internacional de Convenciones de Barcelona del 18 al 20 de febrero para un evento en el que jóvenes millonarios de 80 países llevarán a cabo una “experiencia transformadora” con “sesiones dinámicas”, “experimentación práctica” y “experiencias de networking inmersivas”. Fuentes de la producción del evento señalan que el coste del acto asciende a los tres millones de euros y se ha reforzado la seguridad.
Los principales objetivos del acto son “aprovechar la tecnología disruptiva”, “navegar en la incertidumbre geográfica”, “repensar el liderazgo” y abordar el “desbloqueo de la esperanza de vida saludable”.
Un club con 75 años de antigüedad
Fundada en EEUU por Ray Hickok, un empresario que heredó fortuitamente su empresa familiar a los 27 años, la organización congrega a día de hoy a 35.000 jóvenes dirigentes repartidos en más de 470 “capítulos” territoriales en 130 países.
En España hay tres capítulos: el primero que se creó fue el de Barcelona a principios de siglo. Después vinieron el de Madrid y posteriormente el de Iberia, pensado para todos los que no residen en las dos principales ciudades del país.
Son cientos los miembros de YPO en España. Está por ejemplo Eva Ivars, consejera delegada de Afflelou en España y Portugal; Andoni Goicoechea, fundador de la cadena de hamburgueserías Goiko; David Sancho, antiguo CEO de Mango para China, India y el Sudeste asiático o Luis Alfonso Muñoz, copropietario del grupo de hostelería Museo del Jamón.
Los mencionados capítulos realizan eventos mensuales y online, en el que también invitan a figuras destacadas de la política y el mundo empresarial. El año pasado, los miembros del capítulo madrileño tuvieron la oportunidad de almorzar durante dos horas en un restaurante con el expresidente del PP Pablo Casado.
En capítulos internacionales han contado con la presencia de grandes mandatarios o exmandatarios como Margaret Thatcher, Richard Nixon o Jimmy Carter. “Lo más impresionante es que todos acudieron gratis”, explicaba un artículo de 1992 del New York Times sobre YPO.
La entidad también supone la pista de entrada a entidades educativas o empresas muy prestigiosas gracias a los partnerships con Goldman Sachs, con las Business Schools de Harvard, Londres y Stanford así como con otras entidades como la Brookings Institution de políticas públicas.
“YPO es networking, pero también es futuro y soluciones para tus hijos o para tu familia, incluso cuando te cambias de ciudad”, explica un antiguo miembro. ¿Una masonería de jóvenes empresarios? “No hombre, no tiene rituales ni mística, tiene un perfil más profesional aunque en los eventos mensuales, más reducidos, sí que acabas abordando cuestiones personales”, responde este antiguo miembro.
Los nuevos ricos en YPO
Formada inicialmente en un 97% por hombres blancos, la organización ha ido adaptándose a los nuevos tiempos y cada vez es menos secreta, más diversa y más abierta a la entrada de nuevos miembros. Si antes ni siquiera los cónyuges de los miembros podían saber quién formaba parte de YPO o qué se hablaba en las reuniones, ahora se ofrecen servicios y actividades para toda la familia.
En el pasado también se requería que te avalasen dos miembros existentes, mientras que ahora basta con acreditar los requisitos de entrada y pagar el coste de la membresía, que oscila entre los 5.000 y 10.000 euros anuales en función de la zona en la que uno se afilie.
El mundo de las startups también ha abrazado esta organización, que accedió a modificar los requisitos de acceso para estas empresas y permite afiliarse a presidentes de compañías que, aunque tengan menos de 50 empleados, demuestren que gastan más de 2,5 millones en salarios.
La entidad ha pasado de ser un viejo club de jóvenes ricos blancos a un discreto monstruo global del networking entre millonarios. La matriz de YPO factura 70 millones de euros al año y emplea a casi 400 personas. La organización, en todo caso, prefiere seguir actuando bajo el radar: al evento no podrán acudir medios y la organización ni siquiera ha respondido a los correos de este periódico.
El crecimiento exponencial de esta red, sin embargo, no ha estado exenta de contradicciones. “La cosa ha cambiado: antes éramos todos del mismo estilo, rollo clásicos, discretos, y te diría que durante los últimos 10-15 años han entrado más personajes”, sostiene el miembro de Barcelona, que está ya a punto de superar los 45 años y entrará en la categoría Gold, pensada para los que ya no reúnen los requisitos de edad del club.
Este directivo catalán pone como ejemplo la detención el pasado verano de un miembro de YPO Madrid, un joven empresario húngaro, Bence Horvath, al que detuvieron en EEUU acusado de exportar material con potencial uso militar a Rusia a través de una maraña de empresas españolas.
“Estos personajes no los había hace 20 años”, sostiene este veterano, que afea a YPO Madrid que no le expulsara inmediatamente de la organización a pesar de su detención. “Supongo que son los tiempos que corren ahora”, concluye resignado.
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