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El día 3 del presente mes de abril, componentes del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Teruel, alertados por la Central COTA del Subsector, procedieron a interceptar a un turismo cuyo conductor circuló durante más de 2 kilómetros en sentido contrario por la autovía A-23 (Sagunto-Somport).

El conductor del vehículo, que inicialmente circulaba por la N-420 hacia Teruel procedente de Alfambra, intentaba huir del control de varias patrullas de seguridad ciudadana de la Guardia Civil. Tras incorporarse a la autovía A-23 por el punto kilométrico 115 de esta vía, haciéndolo en sentido contrario al estipulado, llegó a circular durante más de 3 kilómetros en esta situación, haciendo caso omiso a las señales acústicas y luminosas de las patrullas de la Guardia Civil que le seguían.

Durante el recorrido, el vehículo se cruzó con otros usuarios de la vía a los que, en algunos casos, incluso, obligó a maniobrar para evitar una colisión frontal. Gracias a la rápida actuación de la patrulla de motoristas del Destacamento de Teruel, finalmente se pudo detener el vehículo, antes de que ocasionara un siniestro vial.

El punto por donde accedió el turismo a la autovía fue en la incorporación desde la carretera N-420 a la autovía A-23 km 115. El mismo se encuentra perfectamente señalizado, con señales verticales específicas que indican la dirección prohibida.

El conductor del vehículo interceptado, de 20 años de edad, arrojó un resultado positivo indiciario en las pruebas de detección de drogas en THC y anfetaminas, a la espera del resultado confirmatorio por parte del laboratorio oficial autorizado.

Por parte de la Unidad de Investigación de Seguridad Vial (UNIS) del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Teruel, se instruyeron las correspondientes diligencias judiciales, que fueron remitidas al Juzgado de Instrucción núm. 3 de Teruel por un presunto delito contra la seguridad vial, tipificado en los artículos 381 del Código Penal, por conducir un vehículo a motor con temeridad manifiesta y poner en grave peligro la integridad física del resto de usuarios de la vía.

Por dichos hechos, el citado conductor se podría enfrentar a una pena de prisión de seis meses a dos años, y a la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años.