En cuatro años de legislatura
Resulta curioso con qué soltura dice y se desdice nuestro Gobierno, pillándonos a menudo a todos a contrapié. Sólo en cuatro años de legislatura socialista hemos pasado del diálogo «sosegado y sereno», todo lo sereno que se puede ser frente a unos asesinos, a cuyas metas no han renunciado jamás, al polo más opuesto, eso sí, después de darles tregua tras tregua pese a que la violencia continuaba y las extorsiones no habían desaparecido. Ironías de la vida, De Juana Chaos, un hombre que militó en las filas de las juventudes franquistas, pasó por la Ertzaitxa como servidor «fiel» de la ley, ingresó posteriormente en la organización ETA y, en tiempo récord, mató a veinticinco personas y envió al exilio de la pena, el dolor y la aflicción a otras tantas víctimas y familiares de éstas. El Gobierno le llegó a llamar, en el colmo de la generosidad política (más bien insensatez), «hombre de paz». Este criminal chantajeó a un gobierno subyugado por sus propias promesas imposibles declarándose en huelga de hambre, y logró salir de prisión por razones humanitarias, según el propio señor Rubalcaba. Hoy todos los miembros del Gobierno expresan su hastío por la libertad de este malhechor, y de pronto, después de silenciar y ningunear a la víctimas del terror durante años, el Ejecutivo en pleno se proclama su más acérrimo defensor, y en palabras de la vicepresidenta, no se va a tolerar ningún agravio por parte de ETA a las víctimas. ¿Cabe mayor incongruencia y menor coherencia? ¿Cómo pretenden que creamos que, esta vez, van en serio?
Begoña Honeaoechea. Correo electrónico
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