Pogacar gana su segundo Tour de Flandes tras eliminar a Van der Poel en el Viejo Quaremont
El campeón del mundo se toma la revancha de la San Remo y rompe el empate a siete Monumentos con el neerlandés a una semana de una nuevo duelo en la París-Roubaix


Como una pluma al viento, más volátil que voluble, ligero, y cómo guía la bici, tan dócil, pedalea Tadej Pogacar en estado de gracia. Zen en la cresta de los adoquines sobre los que danza, no, flota. Camina sobre las aguas del Viejo Quaremont la segunda vez que lo ascienden, y la tercera también. Es el jardín de Mathieu van der Poel, que le sigue una vez, desde lejos, porque le pilló de sorpresa el ataque del campeón del mundo, y quedaban aún 55 kilómetros para la meta de Oudenaarde, y le intenta seguir de nuevo, encabezando la parada de los orgullosos tras el campeón del mundo, pero esta vez cede. Cede como cedió en el mismo lugar hace dos años, como ceden todos los grandes que lo intentan. Cede Mads Pedersen, cede Wout van Aert, renacida su soberbia, ceden Mateo Jorgenson, Tiejs Benoot…
En la encrucijada del Viejo Quaremont, 2.200 metros que Pogacar resume en apenas cuatro minutos de intensidad, se ventilaban entre los dos gestas para la historia. Sobre todo Van der Poel, que si hubiera ganado se habría convertido en el único con cuatro victorias en la carrera centenaria, lo que ni Eddy Merckx consiguió. Si gana Pogacar, y gana, rompe el empate con el neerlandés a siete Monumentos cada uno, los dos dominadores de la década. Es también, a escala mucho más grande, la revancha de la Milán-San Remo. De la historia hablan los historiadores. Los ciclistas hablan de orgullo herido, son campeones. “Nunca vi cerca el récord de las cuatro victorias”, admite Van der Poel que terminó tercero al ser superado en el sprint a cuatro de los perseguidores más cercanos por el danés Pedersen. Cuarto fue Van Aert y quinto Jasper Stuyven. “He estado todo el día persiguiendo a Tadej, y la caída que sufrí, aunque no fue determinante, tampoco ayudó”.
En la misa mayor…
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) April 6, 2025
En el gran domingo flamenco…
🦁 ¡¡¡𝗧𝗔𝗗𝗘𝗝 𝗣𝗢𝗚𝗔𝗖𝗔𝗥 𝗥𝗘𝗖𝗢𝗡𝗤𝗨𝗜𝗦𝗧𝗔 𝗘𝗟 𝗧𝗢𝗨𝗥 𝗗𝗘 𝗙𝗟𝗔𝗡𝗗𝗘𝗦!!!
El campeón del mundo lo ha vuelto a hacer y completa su enésima gesta.
🚴♂️ Lo has visto en @Eurosport_ES y @StreamMaxES. #RVV25 pic.twitter.com/n7Ro4VV4y3
Pedalean todos, los mejores ciclistas del mundo, por la tierras de Flandes, montes duros, caminos de piedras desiguales, pero parecen habitantes de distintos mundos. Pogacar es aéreo como las nubes, como las aves, flota así; los demás son terrestres, y cuando aceleran es como si la tierra les reclamara, quedaros aquí, no seáis locos. “Siempre he pensado que esta carrera no se acaba antes de pasar la línea de meta”, dice Pedersen, que pensaba que en los últimos kilómetros, solo contra el viento desde la última subida al Paterberg, Pogacar cedería. “Pero él está en una liga diferente y, llegado el momento, chao cacao…”
La locura es Pogacar, la audacia, el arcoíris en el pecho, las gafas color Giro, la sonrisa permanente de quien la goza cuando todos sufren. Las tierras de las Ardenas flamencas, un domingo de abril con sol primaveral, con luz en los bosques oscuros, son el paraíso.
Quedan 18 kilómetros. Como conformado por los impulsos del espíritu, y las piernas, de Pogacar, el Tour de Flandes, o De Ronde, como dicen los flamencos, sus dueños, gira en pedazos por el carrusel de los caminos que van y vienen. Cada monte, los terribles Paterberg, Koppenberg, Taaienberg, a 55, a 50, a 45, a 25 kilómetros de meta, son una tortura dirigida por las hormigas que Pogacar tiene en las piernas, tanta energía, tanto deseo. Sus bravos chavales, viendo cómo sus chavales del UAE, el tremendo danés Bjerg, al loco lusitano Morgado, a Politt, alemán de acero, han ayudado guiando siempre al pelotón a todo trapo. Pese al viento, se recorren los 268,9 kilómetros en 5h 58m, rozando los 45 por hora de media, un récord.
Todos le siguen como pueden, y él espera en la cima de cada monte para ir acompañado los tramos de asfalto abiertos al viento, protegido y líder. Solo Van der Poel, el príncipe de Flandes, el ciclista cuyo físico, anchos hombros, pedalada fina, está conformado para la carrera, está a la altura del esloveno caído del cielo para dominar el ciclismo. Pero no es el mejor Van der Poel. No es el fenómeno que en la Cipressa y en el Poggio jugó con Pogacar para derrotarle en San Remo. Ha sufrido una caída en un movimiento de acordeón del pelotón contra el viento. Pegado a la derecha cae a una cuneta de hierba. Caen con él una docena, por lo menos. Él casi rebota sobre el suelo, tan rápido se recupera. Muchos otros se quedan tirados, rotos, como Tim Wellens, el guía de Pogacar en los adoquines. Van der Poel regresa y pelea. “Fue una buena lucha”, dice. “Pero en el tercer paso por el Quaremont ya estaba al límite. El más fuerte iba por delante. Casi siempre, creo, gana el que sube el primero al Quaremont o a Paterberg. Creo que hoy era bastante obvio quién era el más fuerte.
Ya habían llegado a la base sin aliento. En un ataque guiado por el deseo de recuperar el amor de su pueblo, Van Aert anticipa en el asfalto la ascensión al monte. Es la liebre perfecta para Pogacar, que nada más pisar adoquines acelera. Una exhalación. Un cometa a cuya cola nadie puede agarrarse en esta ocasión. En menos de dos kilómetros, Van der Poel, el último que aguanta, cede 12s. La carrera está decidida. “Todo nuestro plan giraba en torno al Quaremont y pese a las caídas nos agarramos al plan, y salió a la perfección”, explica el ganador, el único ganador de Tour junto a Louison Bobet y Eddy Merckx que ha ganado el Tour de Flandes, y ellos también lo hicieron de arcoíris, la coronación completa. En la lucha entre la potencia absoluta, Van der Poel, y la potencia unida a la resistencia de ganador de carreras por etapas y de etapas montañosas, Pogacar, el Viejo Quaremont era el único lugar, el único monte de piedras que pasa de dos kilómetros, en el que Pogacar podía ser superior. Hace dos años, ya ganó allí su primer Flandes. Y repite. “El objetivo era ganar, pero al final es difícil conseguirlo. Lo hemos conseguido y no puedo estar más orgulloso del equipo y de cómo hemos corrido hoy. Estoy muy contento de ganar con este maillot de campeón del mundo esta carrera”.
Los Monumentos de primavera son asaltos de la pelea por ser el mejor del mundo. El primer asalto, en San Remo, lo ganó Van der Poel; Pogacar ha igualado en Flandes un match que quizás se decida el próximo domingo en la París-Roubaix. En la subida de pavés a Mons en Pévèle, en el Carrefour de l’Arbre, en caminos que Van der Poel puede recorrer acelerando con los ojos cerrados (y ya ha ganado los dos últimos Infiernos del Norte) y en los que Pogacar nunca ha navegado. “Acepto el reto, claro”, dice el ganador de tres Tours. “Creo que con esta forma que tengo ahora, debería intentarlo. Seguro que sí”.

Tercera para Kopecky
El arcoiris de Pogacar no fue el único que brilló en Oudenaarde. Apenas una hora después del triunfo del esloveno, la belga Lotte Kopecky se impuso en la carrera femenina al superar en el sprint final a la francesa Pauline Ferrand-Prévot y a la alemana del Movistar Liane Lippert. Cuarta fue la polaca Katarzyna Niewiadoma. El cuarteto se desgajó en el Viejo Quaremont.
Es el tercer Tour de Flandes de la doble campeona del mundo tras los de 2022 y 2023. La italiana Elisa Longo Borgini, ganadora en 2024, se retiró después de sufrir una caída.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
