El Polígono Sur prende el pabilo de la Semana Santa de Sevilla
La hasta ahora agrupación parroquia de bendición y Esperanza saldrá el próximo Viernes de Dolores como hermandad de penitencia, con un reguero de nazarenos verdes y blancos como el nuevo pulso que nace del corazón cofrade hispalense
Su hermano mayor y su fiscal analizan el arduo y gratificante proceso y los proyecto que se dibujan en el horizonte
Martes Santo en Sevilla, en directo: última hora del tiempo, itinerarios y hermandades de la Semana Santa 2025

Hace poco más de nueve meses se escribía el capítulo más simbólico de la historia cofradiera del Polígono Sur. Tras tres años de concienzudo trabajo, se aprobaba el decreto de erección que convertía a Bendición y Esperanza en la hermandad de penitencia número 71 de ... la nómina de Sevilla. Desde entonces, cada hito llega al barrio con la inusitada intensidad de quien observa todo con los ojos nuevos: el primer cabildo general de elecciones, la primera junta de gobierno, las primeras túnicas… y la primera estación de penitencia.
Y es que el próximo Viernes de Dolores habrá nazarenos por las Tres Mil Viviendas, la Oliva o las Letanías. Airosas capas blancas de cola, con el antifaz verde esperanza de su titular mariana, que acercarán la normalidad propia de la época a unas calles bajo una pasión particular.
Se cumple así la meta a la que aspiraban, con criterio, sus cofrades. «El objetivo era tener una hermandad para que el barrio pudiera girar alrededor de ella, ser su núcleo», recuerda Pedro Alanzabes, flamante fiscal de la corporación. Pesaba el meritorio ejemplo de Santa Genoveva, del Cerro del Águila, de San Pablo… y de tantas otras que arrastran devoción y vida de hermandad a partes iguales.
Era el salto cualitativo necesario para una llama espiritual y social que había surgido en los años noventa en torno a una cruz de mayo y que alcanzó el rango de agrupación parroquial en 2012, dos años después de que el Señor de la Esperanza en el Encuentro y María Santísima de la Esperanza en su Soledad empezaran a recibir culto en la parroquia salesiana de Jesús Obrero.
«Una hermandad de penitencia aporta seriedad al proyecto pastoral. Si en cualquier otro caso las bases son la formación, el culto y la caridad, no olvidemos que en este barrio son caridad, caridad y caridad», incide este montoreño que, a su llegada a Sevilla en 2013, formó parte del grupo de voluntarios que realizaban rutas en el Polígono Sur para ayudar a los sintecho por las noches y a recoger víveres para las familias. De hecho, desde la entrada de Francisco Vélez como presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Alanzabes se viene encargando de las labores de gestión del Proyecto Fraternitas, que ya ha logrado suscribir un acuerdo con el Banco de Alimentos (lo que garantiza repartos semanales de comida) o planes de empleo en la zona.

En un contexto en el que las misiones a barrios desfavorecidos han retomado la vocación solidaria que marcó aquella Sevilla de 1965 -este mismo otoño tendrá lugar la de la Esperanza de Triana en esta zona-, grupos humanos como el de Bendición y Esperanza son testimonio de una labor con mucho menos foco, pero de la misma filosofía de evangelización. Diaria.
Alanzabes ha sido el encargado de elaborar las reglas, artículo por artículo, en constante comunicación con el delegado episcopal de Asuntos Jurídicos de Hermandades, Miguel Vázquez Lombo, para subsanar cualquier incorrección propia de estos procesos. «Yo no había redactado reglas anteriormente, así que fue un trabajo meticuloso para tener en cuenta cada una de las normas diocesanas», recuerda.
Paso lento, pero firme
Él es uno de los principales apoyos de Ángel Hartmann, primer hermano mayor de Bendición y Esperanza y líder de la única candidatura que concurría a las elecciones del pasado otoño. Eso sí, en ningún caso se trata de un recién llegado al orbe de Jesús Obrero, pues forma parte del conjunto impulsor desde principios de los 2000, cuando aún eran una mera asociación de fieles, la de 'Sal y luz'.
Hartmann recuerda cómo el primer puntal devocional fue la dolorosa, que según las reglas no será la única: «Tenemos en proyecto una Virgen bajo palio, pero muy poco a poco, con los pies en el suelo». Su advocación será la de Humildad y Caridad, en clara alusión a la naturaleza del barrio y de la propia hermandad. «La Esperanza se quedará siempre completando la iconografía del misterio», añade. De hecho, la elección del pasaje del Encuentro en la calle de la Amargura se fundamentó en la idea de que la Virgen y el Nazareno pudieran ir juntos en un mismo paso.
En ese sentido, la impronta que está dejando la ya hermandad en el barrio se aprecia en el propio callejero. «Hace algunos años se decidió poner nombres a las distintas plazoletas de las Tres Mil Viviendas, para identificarlas mejor. Así fue como la que era conocida como calle del ambulatorio pasó a ser llamada de Bendición y Esperanza».
Lo que en otros rincones de la ciudad puede ser un trámite más sencillo, aquí se reviste de un mayor simbolismo porque tienen la contrapartida de radicar en una zona donde se profesan religiones variadas -la evangelista, la de mayor seguimiento-. Eso hace que se valore especialmente el incremento de nuevos fieles que se está viviendo especialmente desde que son hermandad. «El otro día se inscribieron a la vez dos mujeres y tres chiquillos. Eran del barrio, pero nunca habían formado parte de la agrupación parroquial», reconoce orgulloso, pues «aunque pueda parecer poco, para nosotros, que somos un granito de arena en el desierto, es una gran alegría».

El culmen, como no podía ser de otra manera, se produce el Viernes de Dolores. «Un día grande, de fiesta, en el que muchas familias que abandonaron el barrio regresan con la hermandad como motivo de unión», agrega Hartmann.
Estiman un cortejo cercano al centenar de nazarenos, en el que tendrá un peso importante el grupo joven, muy volcado, «que está realizando una formación para ser acólitos, se encargan de la tómbola, de recoger alimentos, de organizar el cartero real… Incluso han trabajado para sufragar los gastos del banderín que abrirá uno de los tramos». El recorrido será el mismo que el del pasado año, de nuevo con la parroquia de Santa Genoveva como templo 'de destino'. «Se alargará un poco el recorrido en el Tiro de Línea, para evitar la aglomeración y los cruces de los hermanos que entran con los que salen», aclara. Sobre la mesa, el anhelo de poder discurrir por zonas del Polígono Sur como las 800 o las Vegas, pero «de momento es complicado», concluye.
Los nexos entre hermandades
La meritoria andadura de Bendición y Esperanza se nutre desde hace años del apoyo de otras hermandades sevillanas. Por ejemplo, la camaradería de la trabajadera ha sido decisiva para la actual configuración del paso, teniendo en cuenta que muchos de sus costaleros sacan a Jesús de la Redención cada Lunes Santo. La relación se traslada también al hermano mayor, Manuel del Cuvillo, vínculo a través del cual se fragua la venta de los antiguos respiraderos del Beso de Judas, que son los que actualmente portan al misterio del Polígono Sur.
Esos matices personales fueron también los que llevaron al imaginero Juan Antonio Blanco Ramos, sevillano y con lazos familiares con el barrio, a gubiar no sólo las imágenes titulares sino también las secundarias.
En esta etapa de estreno de estación de penitencia, diversas entidades sevillanas han donado túnicas para facilitar la incursión de los nuevos nazarenos, especialmente niños de familias con dificultades económicas. El Ateneo y las hermandades de la Macarena, la Quinta Angustia o la Carretería son algunos de estos ejemplos. El caso de la corporación de los Toneleros es especial, porque se considera a todos los niveles madrina de Bendición y Esperanza por una trayectoria continuada de ayuda personal y económica. De hecho, recientemente tuvo lugar un acto de reconocimiento de este compromiso y de los «muchísimos detalles» mostrados en esta senda común.
La Esperanza de Triana, que permanecerá en la parroquia del 12 al 18 de noviembre, la O o Santa Genoveva, son otras corporaciones que han impulsado la trayectoria de Bendición y Esperanza.
Incluso el propio Arzobispado se ha implicado con su causa. Como curiosidad, la primera visita que hizo a la ciudad monseñor Saiz Meneses, una vez conocido su traslado a Sevilla, fue al Polígono Sur. El círculo se ha cerrado al ser ésta la primera agrupación parroquial en erigirse como hermandad bajo su mandato. El objetivo era evidente: la religiosidad hispalense tiene un amplificador imparable en sus cofradías. Ya sea en el Casco Antiguo como en latitudes más alejadas, pero en las que igualmente radica la Esperanza.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete